ETIQUETAS

Etiquetas… Todos hemos tenido, todos tenemos y todos tendremos, y no nos hacen ningún bien, al contrario. Las etiquetas intentan definir nuestra personalidad y en la mayoría de casos lo consiguen. En el caso de nuestros hijos e hijas las etiquetas son más subliminales y mucho más perjudiciales, puesto que su personalidad se está formando y se están convirtiendo en las personas que serán.
Las etiquetas se empiezan a poner casi desde el primer día que el niño ha nacido. A todos nos han preguntado: ¿“Es bueno?” ¿De verdad me estás preguntado si el niño o niña es bueno en función de si duerme o no duerme, si come o no come, etc..? Y aquí llega la primero etiqueta “es o no es bueno”. Entonces cuando se hacen más grandes seguimos poniendo etiquetas: “Es muy tranquilo”, “Es muy movido”, “Es tímido”, “Es simpático”, y un largo etcétera para no acabar nunca… Pero las etiquetas no sólo identifican carácter, también actitudes ante las situaciones: “Es que no se lo gusta dar besos”, “No es de mucho comer”, y otro largo etcétera… Definir nuestros hijos es una cosa muy sencilla, y que siempre se ha hecho, ¿pero hasta qué punto se tiene que hacer?

Poner etiquetas a nuestros hijos e hijas los condiciona, puesto que involuntariamente los estamos presionando para ser como los definimos, sin dejarlos ser cómo realmente son. Cuando decimos que nuestro hijo es movido o es tranquilo, él que no es tonto y lo “pilla” todo, no nos querrá fallar y será movido y/o tranquilo tal como sus padres quieren, puesto que no son capaces de diferenciar si los definimos o lo pedimos que sean cómo decimos. Y no sólo las etiquetas “negativas” lo son realmente, las “positivas” pueden ser más perjudiciales. Cuando a un/a niño/a se se lo repite por activa y por pasiva que es muy buen/a jugador/a de fútbol (por ej.), si algún día no juega todo lo bien que se espera de él/a la frustración será más grande, puesto que habrá fallado a las personas que esperan mucho de él o ella.
Por lo tanto, creo que es positivo no poner etiquetas y explicar cómo es nuestro hijo o hija. Si no da besos, no digamos que no se lo gusta dar besos, quizás es mejor explicar que quizás hoy no le apetece. Si saca buenas notas no digamos que es muy inteligente, expliquemos que se esfuerza mucho para conseguirlo. Y en última instancia si no sabemos que decir, no hay que decir nada, cuando alguien intenta etiquetarlos, la mejor opción es decir a nuestros pequeños y pequeñas que ellos son como tienen que ser y que nadie los puede condicionar, ni siquiera nosotros.

Albert

etiquetes

2 thoughts on “ETIQUETAS

  1. Retroenllaç: ETIQUETES | El nostre petit caos

  2. Realmente es muy dificil no etiquetar, yo con mi enana estoy intentando cambiar el “es que es…” por el “esta en la fase…” por ejemplo no digo “es timida” sino “esta en la fase de timidez” que realmente viene a ser lo mismo pero como minimo me da sensacion de no encasillarla sino de explicar el momento en el que esta ahora es asi pero quizas el mes que viene ya no. Y con la maldita pregunta de si es buena, que me revienta de mala manera, siempre contesto que es una niña y es como tiene que ser movida, juguetona, inquieta, exploradora, rebelde, come cuando tiene hambre y sino no, y duerme como una niña que continua haciendo lactancia a demanda, dicese genial pero a trompicones y que eso es malo?? Para mi es fantastico, si muy cansado, porque como adultos que ya tenemos las pilas semiagotadas prefeririamos niños que esten tranquilamente jugando sin “molestar” para poder estar sentaditos, pero realmente anda que no disfrutamos con estos niños “poco buenos” cuando nos dejamos llevar por ellos y volver a jugar por el suelo revolcandonos y riendo. No hay niños malos hay adultos cansados y con ganas de vivir en un spa.

    M'agrada

Deixa un comentari